Hago pública esta humilde reflexión a modo homenaje en conmemoración a la primer década de ausencia de mi padre en lo que todos entendemos como nuestra vida.

Estas palabras salen de mi corazón porque así lo siento. Me hubiera gustado tener la capacidad en su momento de dominar la comunicación como herramienta para que mi padre supiera quién soy. Lamentablemente se fue sin saberlo.

Tengo la esperanza que estas palabras puedan ayudar a destrabar algunos pensamientos en algunos de ustedes y permitan desde su reflexión sincerarse con sus seres queridos. Y a modo de deseo personal, espero ellos manifiesten intención de comprenderlos si así lo necesitan.

Gracias amigos por su atención. 

mi padre
Análisis de base:

“LA MÁXIMA INFLUENCIA”

Jamás debemos subestimar la importancia que los padres tienen en el desarrollo de la personalidad de un ser humano.

En ocasiones descubrimos notables paralelismos entre personalidades de adultos que repiten patrones de comportamiento basado en experiencias vividas en su círculo familiar cercano. Es sorprendente.

Nuestros padres nutren, forman y amoldan nuestro carácter desde que somos pequeños. Más de lo que imaginamos.

¿Cómo no notar su falta en nuestra vida una vez que no están físicamente con nosotros? Todos los días de mi vida recuerdo con dolor la partida de mi perro Max. ¿Cómo no notar la pérdida de mis padres? ¿Cómo no admitir su pérdida como un momento bisagra en mi vida? Por supuesto que sí.

¿Qué hay después de lo que llamamos muerte? ¿Por qué siempre lo sentí diferente a lo que todos me querían explicar? ¿Por qué somos tan parecidos? ¿Qué es la vida? ¿Estamos viviendo en una simulación? ¿Vamos al cielo o al infierno?

Hemos sido criados en una sociedad que busca encontrar una solución rápida y simple a las cosas más complejas. Allí entran los fanatismos a destruirlo todo.

¿Por qué a mí me duele menos la pérdida física de un ser querido que a otra persona? ¿Por qué creo seguir conectado con aquellas personas que ya no están? ¿Realmente ya no están? ¿Debo hacer caso a lo que otras personas creen porque lo leyeron en un libro y jamás se cuestionaron algo más allá de esos renglones de texto?


Aprendiendo a convivir:
“CIUDADANOS EJEMPLARES O MONSTRUOS INSENSIBLES”

Cada uno de nosotros sentimos las acciones que suceden a nuestro alrededor de forma muy diferente. ¿Por qué no podía expresar lo que realmente sentía?

Intentar hablar a corazón abierto sobre la muerte, religión y sexualidad nos puede transformar en ciudadanos ejemplares o en monstruos insensibles. Todo según la forma que expresemos nuestras palabras o la óptica que utilicemos para analizarlas.

En mi caso personal soy mucho más feliz desde que aprendí a expresar mis sentimientos. He elegido el silencio por muchos años. Quizás demasiados.

El dolor que me causaba la impotencia de no comprender a mis pares en la niñez y juventud, se exponenció drásticamente en mi adultez. Había aprendido con los años a ser políticamente correcto, a evolucionar en el arte del camuflaje a un nivel aún mayor que la invisibilidad. Podía ser uno más y evitar el sufrimiento de sentir soledad.

Años atrás hubiera manifestado frustración. Pero comprendí con el tiempo que eso se debía a la esperanza que ponía en creer que encontraría un par en personas que simplemente eran diferentes. Era, al fin y al cabo, un problema de falta de información.

El día que falleció mi abuela decidí hacer un comentario público similar al que estás leyendo ahora. Mi intención fue homenajear su paso por esta tierra como sentía dentro de mi corazón que debía hacerlo: desde su optimismo.

Mi abuela fue una persona sin dudas optimista. Mantuvo esa cualidad en su personalidad hasta sus últimos días donde su memoria se deterioraba. Vivió más de 90 años. Crió a sus nietos y los vio desarrollarse. Yo la admiraba mucho.

Siempre tengo presente el dolor que sentí cuando un familiar asoció mis palabras a una profunda insensibilidad y manifestó su dolor e impotencia por perderla atacándome. Por supuesto que yo comprendía su dolor. Una vez más yo asumiría el rol de aceptar las diferencias y comprender su dolor, evitando la confrontación. Como he hecho toda mi vida. Hasta que recordé que soy dueño de mi vida y que podía elegir con quién utilizar cada segundo de nuestro paso por esta tierra. Fue un momento de sanación.

Me pregunto a mí mismo cómo no me di cuenta que podía generar tal reacción en una persona que lo está sufriendo aún más que yo. Sinceramente no me había dado cuenta. Había comenzado el texto con un titulo muy polémico: “SOY FELIZ”. De esas dos palabras se revelarían mis pensamientos y manifestación de admiración por mi querida abuela recién fallecida. La imaginé leyendo esas palabras con una sonrisa.

La realidad es que por un breve momento sentí que al ponerme en el rol de víctima por perder una persona que admiraba y la sociedad entendía su rol como abuela, podría ser libre y expresar lo que realmente sentía. Me equivoqué. Porque mis palabras hirieron una persona sin intención.

Lo triste es que se repitió una vez más el patrón. Cada vez que me expresaba libremente, no sólo alguien resultaba herido, sino que recibía de su parte un ataque. Sucedió toda la vida. Más allá que la intención sea sana y constructiva.

¿Qué acciona esas respuestas? ¡La diferenciación a lo preestablecido! SIEMPRE que nos manifestemos de una forma diferente a lo socialmente aceptado, seremos atacados. No importa de qué tema estemos hablando. Es una respuesta instantánea.

¿Cómo no me había dado cuenta antes? Todo comenzaría a ser más fácil desde este momento. Tenía sentido. Paso a paso todo resultaba evidente.

Actualmente tengo una foto de perfil socialmente aceptada. Nadie puede atacar una joven pareja blanca occidental capitalista heterosexual de clase media con un mate en la mano mientras sonríe humildemente frente a un fondo otoñal.

Con estas pequeñas actitudes me convertiría en un ciudadano ejemplar. Uno más del montón. Mucho mejor que ser invisible.

“La experiencia no es lo que te sucede,
sino lo que haces con lo que te sucede”

Aldous Huxley

“¿CÓMO TRANSITÉ Y QUÉ APRENDÍ A TRAVÉS LA MUERTE DE MI PADRE?“

Introducción: “LA EMPATÍA”

De pequeño solía comer la última papa frita del plato. Sentía que estaba triste por quedar sola. Por algún motivo nadie la había querido comer. Cuando mis padres tenían la oportunidad de hacerme un regalo, siempre elegía el que estaba solito. El más feo de ser posible. El muñeco que le faltaba su ojo o estaba descosido. De adulto me acercaría a las minorías. Jóvenes homosexuales, chicas trans, el único judío del grupo, el único musulmán, el que pedía monedas en la calle o el que estaba esperando para un transplante en el hospital. Aquel que se sentía solo.

Pero al mismo tiempo también me gustaba leer sobre cómo una persona había disfrutado un logro personal, y sobre todo cómo llegó a desarrollarlo. Era sensacional. Estaba aprendiendo a vivir a través de los demás. Abrazaba todos esos sentimientos simultáneamente: la felicidad, la tristeza, la esperanza, la impotencia, la pérdida, el dolor, el amor.


Parte 1: “LOS SENTIMIENTOS COMO UN TODO”

Mi padre dejó de respirar un 10 de Julio de 2008. En ese momento me abrazaron emociones que nunca antes había sentido. Intentaré enumerar algunas de ellas que aún tengo presentes:

– Deseo: en el fondo de mi corazón intenté imaginar que existe un lugar donde se reencuentran las almas como él creía y estaría volviendo a ver a su padre, sus amigos y a mi madre. Que sería feliz. Y libre. 

– Alivio: ya no lo vería sufrir física ni emocionalmente. Su enfermedad atentaba contra su carácter fuerte y ponía en jaque hasta su masculinidad. Era un toro. Es doloroso ver un ser humano sufrir. Más aún a tu propio padre.

– Empatía: el enorme dolor que sentía a través suyo se desvanecía. Me ponía contento saber que su dolor había cesado. Está relacionado al punto anterior, pero a nivel personal.

– Pánico: ya que mi madre había fallecido varios años atrás, ya no tendría padres. Nunca más. Me invadía el temor a no tener una familia, a no volver a tener un plato de comida asegurado sobre la mesa.

– Soledad: era muy joven para no tener padres. ¿Quién podría entenderme? ¿Con quién podía hablar sobre este tema? Llegar a casa y sentir el vacío. Ver la cama vacía, el ropero lleno. Saber que no volverá.

– Adrenalina: “¿y ahora qué hago?” Las cuentas, su emprendimiento, los clientes, las herencias, las deudas. Tomar el rol del hermano varón pacificador que busca equilibrar la reacción de la familia.

– Ira: el recuerdo de sus clientes que no le pagaban por saber que iba a morir. Encontrarme en el velorio con esos pocos “amigos” que lo habían estafado y me mentían en la cara pensando que yo era tan ingenuo como mi padre. Impotencia por querer canalizar mi dolor hacia ellos por considerarlos personas inferiores por carecer de ética. Intentar contenerme y sonreír para no hacer un papelón frente a decenas de personas por respeto a la memoria de mi padre.

– Tristeza externa: mi padre no podría conocer mis hijos ni los de mi hermana menor. Se criarían sin abuelos paternos. Mi padre no podría ser parte de ese momento tan especial. Nunca podría mirarlo a los ojos y entender qué es ser padre. 

– Orgullo interno: saber que hice todo lo posible que estaba a mi alcance por brindarle una mejor calidad de vida durante sus últimos días, a pesar de lo difícil que me había resultado. Sentirme realizado. Sentirme adulto.

– Orgullo externo: la calidad de gente que noté en mi cuñado Santiago y su familia. Saber que la vida de mi hermana estaba en buenas manos. Que tendría la oportunidad de formar una hermosa familia, como sucedió.

– Despojo: literalmente “mandar todo a la mierda”. Reencontrarme con mi libertad perdida. Dejar las cosas materiales. Abrazar este momento desde la profundidad que significa.

– Decepción: por gran parte de mi familia y personas cercanas. Una vez más se manifestaba mi incapacidad de entender sus reacciones. Debería aceptarlo. Y lo hice.

– Admiración: la respuesta inmediata de mis amigos Hernán y David que vinieron a vivir conmigo cuando los necesitaba. Gestos que nunca olvidaré. La mirada de dolor y cariño real de los amigos de mi padre hacía mí. Su apoyo. Cómo esa admiración se invertiría y llenaría mi corazón de esperanza y valor. Agradecimiento.

– Madurez: aprendí a dejar ir, a aceptar que hay cosas que no dependen de nosotros. Estamos muy lejos de ser el centro del universo. Hay momentos donde debemos actuar y este sería uno. Ya habrá tiempo para reflexionar después.

– Injusticia: la mirada de mi abuela. Un padre jamás debe experimentar la pérdida de su hijo. Sin excepciones. Punto. Me duele no poder hacer nada frente a eso. Quisiera abrazar a todos los padres del mundo que pasan por algo así.

– Motivación: canalizar esta cantidad de sensaciones para hacer algo constructivo con ello. Sentir alivio al ayudar otras personas que hayan transitado el dolor. Imaginar sus ojos de felicidad. Recuperar esa mirada.

– Libertad: ya no debía llamar a nadie para pedir autorización para hacer algo. Podía hacer cualquier cosa que quisiera. Viajar por el mundo. Podría ser exactamente la persona que quería ser. Nadie me esperaba en casa. Era realmente libre.

– Aceptación: abrazar la realidad. Tomar las decisiones correctas en el momento indicado. Let it be.



Parte 2: “ANÁLISIS Y DESARROLLO”

Ese día fue indudablemente un momento bisagra en mi vida. El gran antes y despúes. En un futuro sucederían más eventos que modificarían el rumbo de mi vida, pero este sin dudas fue el máximo. Y lo sabía en ese momento. Sólo que este no había sido un mérito personal sino un hecho externo inevitable. Sabía que estaría escribiendo un nuevo capítulo en el libro de mi vida. Eso me motivó a tomar el lápiz y escribir mi propio destino.

Los meses posteriores fueron muy difíciles, pero a su vez resultaron en momentos de gran lucidez. Hoy en día cuando doy una charla a jóvenes y adultos comparto un ejercicio que cambió mi vida y desearía que todos pudieran realizar. Parece sencillo pero es muy profundo. Imaginemos un pizarrón delante nuestro. Si les pidiera que ubicaran siete caras de personas que admiran profundamente, ¿quiénes aparecerían allí? Una vez ubicados uno al lado del otro a modo horizontal, dibujen líneas a modo de columnas para separar uno de otro. ¿Qué cualidades o logros han desarrollado estos personajes para que ustedes los admiren? Ahora es momento de estudiar al detalle la vida de cada uno de ellos y entender cuáles fueron sus momentos bisagra. Deben anotarlo y tenerlo bien en claro. Analicen la relación entre uno y otro. Ahora sí, una vez ya creado este extraordinario mapa conceptual pueden comenzar a tomar decisiones en su vida con mayor objetividad. Aprendamos con la experiencia de los demás.

Analicé conductas sociales a gran escala. ¿Por qué quienes más ayudan a los demás suelen ser ancianos, personas que estuvieron cerca de la muerte o pasaron momentos límite, o profesionales exitosos que lograron “todo” en la vida? ¿Por qué la gente mayor valora más su tiempo y la familia? ¿Por qué mi padre había organizado el 90 cumpleaños sorpresa de su madre días antes de morir luego de largos años de prácticamente no hablar con ella? ¿Por qué se había acercado a la familia en sus últimos días? Son preguntas muy importantes que nos hacen replantear la vida de forma integral.

De ahí mi definición del ser humano: Animal de costumbre con sentimiento de pertenencia.



Parte 3: “EJECUCIÓN”

Este fue el momento donde tomé la decisión de dedicarme profesionalmente a la filantropía. Necesitaba sentirme útil. Con apenas 25 años de edad ya había trabajado en decenas de lugares, varios países y dominaba idiomas. Tenía salud, oportunidades y contactos. Era millonario sin tener dinero el en bolsillo. Porque entendía el valor del tiempo.

Para esta difícil pero no imposible decisión debía concentrarme en el aprendizaje. Parte de ello era comprender las necesidades de forma profunda. Tomé la decisión de tomar donar todas mis pertenencias y ahorros. Compré una pequeña mochila y puse mi cámara y algo de ropa dentro. Viajaría por mi país comprendiendo la pluralidad. Visitaría hogares infantiles, hospitales, basurales a cielo abierto. Viviría varios meses sin tocar dinero. Me acercaría a los más vulnerables. Perdería peso por no comer, quizás demasiado. En estos lugares conocería las mejores personas que conocí en mi vida, quienes siguen formando parte hoy en día. Comenzaría a construir quién quiero ser.

Aquí lo más importante: Intentaría honrar la memoria de mi padre de una forma que ni él mismo sabía que se podría lograr. Porque eso es trascender. Ir más allá. Vivir a través de tus acciones a largo plazo. Yo era en parte mi padre, pero mucho más. Tomaría sus virtudes y dejaría de lado sus defectos. Intentaría luchar contra ellos para no adoptarlos.


Parte 4: “LA VIDA DESPUÉS DE UNA MISIÓN CUMPLIDA”

Constantemente repito: -“Cuidado que los sueños se pueden cumplir”. Y mi caso es uno de ellos.

Aquel joven de 25 años que decidió rehacer su vida con el objetivo de ser parte de una organización sin fines de lucro y quizás a sus 50 años fundar una propia, dedicó tanto tiempo y enfoque a ese sueño que sólo tres años después estaría creando “1971”, una ONG en Emiratos Árabes Unidos junto a 5 emiratis (3 de ellos mujeres).

No sólo había podido cumplir mi máximo sueño en la vida, sino que además una familia árabe y musulmán me había dado una habitación en su casa. Volvía a tener una familia. Esta vez, elegida con el corazón. Es imposible que cualquier persona que no haya transitado por los sentimientos compartidos anteriormente pueda comprender. Estaba viviendo el mejor momento de mi vida; y como si fuera poco en ese proceso durante mi despedida de Argentina, conocí a Natasha, con quien desde el primer momento que nos conocimos comenzamos a construir la relación que hoy en día tenemos. Ya pasaron casi siete años de ese 15 de Septiembre donde nos conocimos en Argentina. Estamos por cumplir seis años de casados. Mi vida no estaba destinada al fracaso, sino todo lo contrario. Soy muy consciente de las cosas maravillosas que nos suceden. También de las partes negativas.

La realidad es que cuando logré armar nuestra fundación en Dubai me sentí realizado. Fue un momento indescriptible. Se acercaba a lo que vemos en TV cuando un jugador de fútbol alza la copa del mundo o el trofeo que tanto esfuerzo le llevó conseguir. Pero paradójicamente aprendemos la lección más importante de nuestra vida: la felicidad no es un objetivo.

Es difícil explicar la desolación que se adueñó de mi corazón cuando me despertaba al día siguiente y al mirarme al espejo era exactamente la misma persona. Nada había cambiado. Sólo tenía títulos que me servían para ser respetado socialmente entre personas de poder. Ahora me invitarían a comer jeques, empresarios, artistas. Me transportaba diariamente en aquellos vehículos que de niño empapelaban la pared de mi habitación. Pero yo me sentía igual. Extrañaba abrazar a mis amigos que había hecho en los basurales, a las familias de los niños que aguardaban la operación. Pensaba todo el tiempo en mis amigos. A veces hasta en mi familia.

Por supuesto que estaba orgulloso cada vez que hacíamos una acción solidaria o veía la mirada de un trabajador que recibía un regalo. Pero sabía también que habían muchas más cosas por hacer detrás. El dolor que sentía al compartir mis sentimientos con las personas que creía capacitadas para escucharme era infinito cada vez que me respondían: -“Vos tenés suerte” u -“Ojalá yo tuviera esos problemas. Agarrá una pala”. Ni hablar la infinidad de veces que intentaba aconsejar un amigo que estaba cometiendo un error que perjudicaba su vida y la de los demás, pero volvía a repetirlo una y otra vez. Qué impotencia. O la tristeza de volver a recibir respuestas desmotivadoras sistemáticamente cada vez que quería compartir una felicidad con tus seres queridos.

Dedicí aislarme una vez más. Como cuando era niño. Primero dejé de debatir. Luego de contar mis logros. Finalmente se resumió a sólo compartir lo mínimo e indispensable para que algunos pocos se animen a escribir cuando entendían que había algo más allá de lo que se veía a simple vista. Eso me fue llevando a descubirr más y más personas con diversos talentos que se sentían solos. Y mucho tiempo después a animarme a hablar públicamente y dar charlas. Siempre y cuando sea dentro de ambientes donde me sentiría seguro y comprendido: universidades, TEDx, diversos establecimientos educativos y sociales, etcétera. Me hizo muy bien. Pero aún no logro ser inmune a la violencia de los boicoteadores de sueños.


“LA VIDA COMO EXPERIENCIA NO LINEAL”

Apreciación personal y análisis post-hechos:

Luego de muchísimo análisis personal y escuchando las personas más brillantes que he tenido la oportunidad de conocer, aprendí a descubrir qué me hace feliz y cómo sostenerlo en el tiempo. ¿Recuerdan esa empatía que comenté hace un rato? La abracé a tal nivel que pude comprenderla, disfrutarla, analizarla y transformarla. Aunque resulte quizás difícil de comprender por mi falta de experiencia en la escritura, aprendí que transitar mi vida de forma individual ya no era suficiente. Simplemente no puedo encontrar ese equilibrio que manifiestan mis seres queridos. Ojalá pudiera.

Pero atención, que esto no es algo tan malo. Una vez que logramos aprender a sentir a través del prójimo, descubrimos un mundo de sensaciones que te hace sentir infinitamente más vivo. Valoramos la vida como nunca antes. Porque justamente de vivirla se trata. Ya no pienso en una acción como objetivo, sino como una consecuencia natural. Si queremos construir un hospital requerimos dedicar muchísimo tiempo a generar dinero e invertirlo en tal fin. Luego llegarán los aplausos de las masas. Y si no lo logramos daremos lugar a una profunda frustración. O peor aún, nos mentiríamos a nosotros mismos creyendo que podíamos hacerlo sin tener la menor idea que con nuestros actuales conocimientos era imposible. Pero si nuestro objetivo es realmente la construcción de ese hospital, ¿por qué no nos capacitamos para saber cómo persuadir una persona que tiene la posibilidad económica o política de construirlo? ¿Nos enojaría que no nos mencionen o nos pondríamos contentos al saber que se hizo? Hay que ser muy consciente de este punto. No es mi intención juzgar sino sincerar.

Ahora, intentará explicar a qué me refiero con “vivir de forma no lineal”. El caso del hospital sirve de puntapié inicial para comprender el punto. Yo aguardo entusiasmado el día que alguno de los jóvenes que asesoré alguna vez tenga la oportunidad de construirlo. Me imagino sonriente, feliz, mirando la noticia como espectador. Al mismo tiempo, como he mencionado anteriormente, no somos tan importantes como pensamos. ¿Por qué todo debe suceder a través nuestro? ¿De dónde viene esa obsesión por destacar y ser distinto? ¿No será que en realidad buscamos ser distintos pero no lo somos tanto?

Cada vez que leo una entrevista a Pepe Mujica o Darío Sztajnszrajber me emociono. Y eso que jamás los conocí personalmente. Lo mismo sucede cuando un amigo tiene un hijo, logra vender una pintura o viaja por primera vez. Detengo mi día por completo e intento comprender cada una de sus sensaciones en aquel momento. Mi corazón sonríe. Lo mismo sucede cuando el hecho es desafortunado. Lo importante es mantener esa empatía viva. Como cuando éramos niños. Regresar a nuestro estado puro. Sólo que esta vez podemos disfrutarlo con los beneficios de ser adultos independientes. Es maravilloso.

Cuando comencé a relacionarme con personas en situación de ventaja social en Emiratos Árabes u Occidente, me di cuenta el mundo que se avecina en consecuencia de la tecnología exponencial. Este término se utiliza para expresar inventos que modifican profundamente la vida de la sociedad. Por ejemplo, el teléfono inteligente. Hoy todos sabemos lo que es. Y es posible que estés leyéndome en uno de ellos. Quizás tampoco me has conocido en persona pero te sentís identificado con mis palabras. Esto es consecuencia del impacto de la tecnología exponencial en nuestra vida.

La realidad es que no todo es color de rosa. Si bien es posible que nuestra calidad de vida a nivel salud sea muy beneficiada y hasta vivamos más de cien años, la realidad es que la sociedad tal cual la conocemos está por desaparecer. No me voy a poner a explicar este punto ahora porque hay muchísima información en internet al alcance de tu mano al respecto o me podés preguntar por privado y con gusto te respondo.

¿A qué quiero llegar con estas palabras? No voy a mentir. La realidad es que mientras más información manejes, más posibilidades tendrás en el futuro. La nueva riqueza no es el dinero ni los contactos, sino el conocimiento. El dinero llega y los contactos también. Quizás parezca difícil de comprender en un principio, pero lo veo constantemente. Y aquí el problema. Al nacer en una clase media occidental capitalista latinoamericana, muchos de mis seres queridos están en riesgo de perder su empleo en los próximos años. No sería una preocupación si ellos hubieran sabido esto y estuvieran preparados para el cambio de paradigma que se avecina. El problema es que no lo comprenden aún. Y más aún, que las personas que deberían velar por sus intereses no sólo que no lo saben, sino que algunos que sí lo saben lo utilizan para beneficio personal. Y eso es muy preocupante.

Aquí tienen el verdadero motivo de por qué estamos viajando por el mundo con mi esposa, comenzando por Argentina hasta Alaska por tierra. Nuestro objetivo es comprender en profundidad lo que siente un hermano latinoamericano y su realidad. Mucha gente a nivel mundial querrá venir a vivir a nuestra tierra en los próximos años, aprovechando el clima privilegiado, la baja contaminación y densidad poblacional, la falta de conflictos bélicos. Pero lamentablemente al tener personas en situación de poder con objetivos individualistas o cortoplacistas, caeremos en colapso. La falta de innovación y educación de nuestra región es una tentación extrema para este tipo de personas. Y eso es muy peligroso.

Desde nuestro lado estamos esforzándonos todo lo posible para aprender a prepararnos para este mundo que creemos se avecina. Por este motivo hacemos tantas cosas al mismo tiempo. Ya no es suficiente especializarse en un área. Hoy en día necesitamos aprender a analizar los datos con mayor creatividad que antes. Algo similar a lo que sucede con la implementación de la inteligencia artificial.

¿Por qué estoy comentando todo esto en un post en conmemoración a mi padre a diez años de su partida? Porque él amaba la tecnología. Él me regaló mi primera computadora. Si bien no entendía por qué yo no quería utilizar mis oportunidades para hacer dinero, él sabía que la informática era el futuro. Cada cosa que hacía tenía de fondo la informática. Le gustaban los caballos e hizo un sistema para criaderos. Le gustaba el comercio exterior y desarrolló junto a su socio un sistema para administrar oficinas de despachantes de aduana. Cada cosa que hacía tenía de fondo la tecnología. Mi padre era un tipo muy inteligente. Tocaba varios instrumentos y no tenía miedo a emprender, por más que nunca se hizo rico con ninguno de sus proyectos. Me pregunto constantemente qué hubiera pasado si mi padre hubiera tenido un buen mentor o hubiera vivido en el lugar correcto. Posiblemente no hubiera cometido los errores que cometió en su vida, o sus proyectos quizás serían exitosos. Lo que sí sé, es que si mi padre hoy estuviera vivo, estoy convencido que tendría la capacidad de entender a qué dedico mi vida. Y no sólo me apoyaría, sino que estaría orgulloso. Y sobre todo que le encantaría formar parte del futuro que se avecina. Quizás nació demasiado pronto.


CONCLUSIÓN

A diez años del día bisagra:

Si bien desearía que mi padre leyera estas palabras y me abrazara sabiendo que su hijo aprendió muchísimo de su experiencia, es algo que nunca va a suceder.

Pero quizás, y sólo quizás, puede existir al menos una pequeña probabilidad que alguno de ustedes pueda sacar algo positivo de mi experiencia vivida durante estos últimos diez años. Y con la evidente sensibilidad y dificultad que significa para mí poder abrirme públicamente y manifestar estas experiencias; desearía que de una vez por todas dejen de juzgar sin saber el esfuerzo que hay después. Que aprendan de una vez por todas, porque ya son adultos y no hay más excusas, a intentar entendernos y apoyarnos.

Si tienen algún familiar o ser querido en su vida que se siente solo, apóyenlo. Escúchenlo. Intenten entenderlo. Si no pueden hacerlo, tengan la humildad y respeto como para ir a buscar ayuda. Si conviven con un ser querido con altas capacidades intelectuales, obeso o delgado, lesbiana, gay bisexual o transgénero, o cualquier cosa que lo haga sufrir todos los días de su vida por su falta de su aprobación; les pido que NO SEAN IMBÉCILES y rompan sus prejuicios. Aprendan a ponerse en el lugar del otro. Estoy cansado de tener que aceptar la opinión de personas en situación de ventaja social que abrazan sus beneficios heredados como si hubieran resultado un mérito personal.

Acepten que se avecina un mundo muy diferente al que conocen donde los prejuicios y lo pre-establecido son cosa del pasado. Acéptenlo por su bien… porque van a ser ustedes quienes queden afuera.

Propongo una reflexión aprovechando que aún estamos vivos: -“¿Serías la misma persona que sos hoy si pudieras volver atrás?”. Te doy una buena noticia… estás a tiempo.

Tienen mi aprobación para compartir estas palabras si así lo consideran. Gracias por su tiempo. 

Mi cariño para aquellos ya no están.