Durante largos años y hasta aún hoy, escucho que la gente atribuye los logros a la suerte. Cuando una persona resume mi vida a esa palabra, no importa quién sea, simplemente dejo de hablar.

Pareciera que el ser humano necesita encontrarle una respuesta rápida a todo. Como si la vida misma fuera blanco o negro. La mezcla entre su incapacidad por comprender la realidad y sus pocas ganas de entenderla da como resultado la frase más mediocre que he escuchado: -“Es que vos tuviste suerte”.

Pero no voy a hablar de mí en este post, sino de Angel Di María, un futbolista argentino que ha tenido la oportunidad de compartir este texto emocionante y considero que debe ser replicado en todos lados.

¿Sos docente? Lee esta carta a tus alumnos.
¿Sos gerente? Reuní a tus empleados y compartí este artículo.
¿Sos madre? Leésela a tu hijo.

El esfuerzo y la constancia superan adversidades.

Por supuesto que Ángel tuvo padres que lo acompañaron y formaron parte de su sueño. Las cosas no suceden por arte de magia y es muy difícil hacerlo solo. Pero eso no es suerte señores. Es el esfuerzo de una familia completa durante años y años de constancia. Y es la historia de un éxito. ¿Cuántos potenciales DiMaría hay dando vueltas?

Una vez más dedico esta nota a los boicoteadores de sueños. Como el entrenador que le dijo a Ángel que no servía para nada. Aquellos que han abundado notablemente durante mi juventud en Buenos Aires y puesto en riesgo mi confianza, mi futuro y mi vida misma.

Mi intención, por más que me tiente, no se resume a insultar aquellas personas que se sienten tan frustradas que atribuyen todo a la suerte y se sienten realizados cada vez que nos lo dicen. Sino todo contrario. Comparto esta nota justamente para FOMENTAR el esfuerzo, la pasión y las ganas de salir adelante.

Porque al fin y al cabo, quien realmente progresa lo hace por AMOR.

No existía ninguna mejor recompensa en mi niñez que la sonrisa de mi madre cuando resolvía un problema de lógica. Ni la sonrisa de una desconocida madre emocionada al ver que su hijo sanaba una carencia. Todo se resume a un sincero abrazo de agradecimiento. La mejor paga. El sentimiento de saber que el esfuerzo ha valido la pena.

Hoy para mí es mucho más fácil. Cuando atribuyen algo a la suerte simplemente me río. Suena a obviedad. Me rodeo de soñadores. Los imposibles son muy relativos cuando a tu lado existen personas que recorrieron el mundo en moto dos veces sin experiencia previa (Emilio Scotto), se convirtieron en próceres en vida (Nelida Iglesias Motoviajera), son abanderados de la humanidad (Eduardo Giusiano Gerrit Van Den Berg Gabriel Tkaczuk), se convirtieron en verdaderos genios (Helmut Ditsch), son padres ejemplares conviviendo con la dificultad (Roberto Mombru Rosana Segura de Mombru Bibiana Marquez Marisa CabocopySergio Hugo Spaltro) o jamás dejaron de creer en sus capacidades (Michael Meyer Andreina Campari Eduardo Javier Muñoz Miguel Angel Bravo)

¿Suerte? En el caso de Emilio, quizás no haber muerto cuando le dispararon en la espalda o lo metieron preso por considerarlo un espía. Nelly animándose a salir adelante tras la pérdida de su esposo, convirtiéndose hoy en la respetada Reina Madre de las rutas argentinas. Gerrit saliendo adelante luego de sufrir abuso sexual durante 10 años seguidos por gente de su propia Iglesia, enfrentándose años después a sus agresores y perdonándolos con amor. Edu Giusiano esforzándose sin dormir para que sus hijos entiendan cómo funciona el mundo. Helmut dejando su vida completa para dedicarse al arte a pesar que le dijeron que lo que él hacía no era arte, y convirtiéndose hoy en el pintor mejor pago de la historia argentina. ¿Cómo hicieron Rosana y Roberto para criar tres hijos extraordinarios cuando muchas veces no podían llegar a fin de mes? Quizás Rosana es el caso más parecido a la mamá de DiMaría. Marisa y Sergio, trabajando turnos de 24 horas de corrido para darle un futuro a su hija en un país del otro lado del océano. Ni hablemos de Bibi y Marcelino cuando adoptaron con tanto amor y grandeza al querido Pablo y le dieron una segunda oportunidad. Andy aprendiendo múltiples idiomas, haciendo posgrado y conviviendo con su exótico cerebro sin olvidarse de la gente que la ama. Cada obra de Michael que se supera día a día, o la motivación de Eduardo y Miguel Ángel por hacer historia en un mundo mejor.

Mientras los frustrados siguen “haciendo bulla”, nosotros despacito seguimos trabajando juntos para ser parte de un mundo donde muchas personas podrán acceder a impensadas oportunidades. Pero cada tanto, muy de vez en cuando, regresan los fantasmas del boicot. Aquellos que nos han abundado y lastimado durante muchos años. Suelen disfrazarse de comentadores anónimos en el diario Clarín por ejemplo. Allí abundan. Las redes sociales fomentan este tipo de personajes. Pero también abundan en los medios de comunicación, en posiciones de liderazgo, y eso ya es peligroso.

Al igual que Ángel, algunos de nosotros sabemos quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos. Pero nos han lastimado tanto que sigue doliendo. Le sucede hasta a una persona que llegó al máximo nivel mundial en su disciplina y ganó los mejores torneos y hasta metió el gol que llevó su selección al oro en los Juegos Olímpicos. Duele porque es una herida abierta, tatuada en nuestro corazón desde pequeños por culpa de esa gente que no puede aceptar la felicidad del prójimo.

Por este motivo les RUEGO compartan esta nota con aquellos jóvenes que habitan en su vida. Quién les dice que están despertando un nuevo DiMaría.

Mi mayor admiración por Ángel y su familia. Gracias por existir.

suerte