Desde que tengo uso de razón fui motivo de burla debido a mis ideas. Decían que eran imposibles. Como si fuera por arte de magia, muchas terminaron sucediendo. Lo mismo le pasó a la mayoría de mis amigos.

Sorprendentemente, pasé de ser un caso de burla a un creador de proyectos. Y funcionaron. Y siguen funcionando. Y cada vez más. Para algunos de aquellos desertores tuve suerte. Siguen sin entender. Pero también mi caso sirvió de inspiración para muchos otros.

Lo más difícil es aceptar que la mayoría de las personas que conociste en tu vida no están preparados ni intentan comprender tu vida. En esos casos, aprendí el arte de la invisibilidad. En mi caso, ser fotógrafo funcionó.

Muchas veces ni siquiera tu propia familia o amigos de toda la vida pueden entenderlo. Tenés que aceptarlo porque sos vos quien eligió ser distinto.

Nunca dejes de soñar

La sociedad estuvo conducida históricamente por personas que fomentan la actitud del rebaño, y que si uno elige una vida diferente está condenado al fracaso.

Si alguien comparte contigo un pensamiento, no lo destruyas sólo porque no lo entiendas. El respeto no es exclusivamente una cuestión de vocabulario sino de actitud.  

Tu vida es tuya. ni de tus padres, ni de tus abuelos, ni de tus amigos. 

Cierro con una frase maravillosa de Canciones Pequeñas Revoluciones Dos:
“No te rías de mis sueños. Son todo lo que tengo. Ya no digas que no puedo. Hay sueños que cambiaron al mundo cuando otros los creyeron”.